Edades.

Desde que empezamos a tener sentido de razón, añoramos con cumplir años, crecer, independizarnos, y poder vivir la vida por nuestra cuenta sin necesidad de depender de nadie; pero, siempre llega un momento en el que deseamos que pare. No cumplir más años. Ya no nos vemos como cuando cumpliamos años y, a pesar de crecer, nos veíamos jóvenes; llega un punto en el que te ves.. Viejo. En ese momento, recuerdas todo lo que has pensado, como querías cumplir los 18 para poder entrar a las discotecas sin necesidad de depender de alguien mayor que te pasar o te dejara su dni y, también recordarás, como cuando los tenías no te lo pedían.
Es curioso como cambia el ser humano, como madura y, sin duda, como crece.
¿Mi pensamiento de la vida ahora?
Deseo madurar pero no deseo crecer más de la edad que tengo. Me da miedo hacerme "mayor" antes de hora y dejar pasar y no vivir lo que me tocaba hacer en este momento de mi vida. Pensar que por cualquier circunstancia, estoy haciendo algo para mi bien y, verdaderamente, cuando cumpla la edad de sentirme vieja, me dé cuenta de todo lo que me he perdido por esa circunstancia. A pesar de ello, quiero poder salir de mi casa cuando se me plazca, sin necesidad de pedir permiso (no digo que no sepan de mi paradero). Quiero sentir que todo lo que hago, lo hago porque me parece a mi correcto, y no porque lo vaya a parecer a una segunda persona. Quiero poder pasar una semana con mi novio/a en una casa conviviendo, a pesar de que esté una calle detrás de la mía...
Quiero tantas cosas, y sí, lo sé, hay tiempo para todo. Pero, ¿qué visión de vida quieres tener de una adolescente?

Viajar.

Viajar debería de ser un lujo que todo el mundo debería permitirse. Existen viajes que nos hacen trasladarnos a un mundo de fantasía y amor como un verso de Bécquer, y otros que nos trasladan a observar la cruda realidad de nuestro tiempo. Claramente, es viajando cuando te das cuenta de lo bien repartido que está el mundo (destaco la ironía de mi frase). No es lo mismo un viaje a una tribu africana conviviendo y ayudando a todos los componentes de la misma; que ir a África de safari. Ni punto de comparación. No es lo mismo viajar a disfrutar de las playas de Dènia, que por cierto si sabes donde ir encuentras (bajo mi punto de vista) las mejores de toda España (a excepción de Formentera que es un caso aparte), que irte de viaje exótico al Caribe. Lo que cambia es el entorno y los tópicos.
Aún así, preferimos irnos lo más lejos que podamos. Suena mejor. ¿O no?

"Después de la tormenta, viene la calma"... O eso dicen.

Hay días en los que sientes que se te va a comer el mundo, que necesitas sacar tiempo de donde sea porque no te llega con 24 horas al día (si pretendes dormir 8 de ellas), que necesitas respirar porque sientes que estas en el fondo del mar Mediterráneo sin una puñetera botella de oxígeno que te mantega con vida, que es necesario que alguien te ayude con lo que haces... Son tantos los supuestos que seguro que ya sabeis por donde voy. No encuentro una solución aplicable en todo momento para todo tipo de situaciones similares. No puedes hacer nada, solo pensar que alguien antes que tú también se ha sentido así y han podido salir completamente aireosos (o no) de esas situaciones. Vivir es complejo, pero querer vivir un día más largo de lo que se puede es más complejo aún. En fin, como se dice en estos casos, respira profundo, ponerse la chaqueta para evitar el frío  y echarse a la calle a hacer lo que se debe.

Lo que tiene la telefonía.

Es en el momento en el que cuelgas el teléfono y observas como pone lo típico de "llamada finalizada 00:10:00" en el que sonríes y sabes que todo va bien... O puede que no. Existen llamadas en las que cuelgas y deseas que pase una hora, o incluso menos, para poder volver a llamar y no resultar excesivamente pesada; y otras, en las que mejor estar apagado o fuera de cobertura.
Son segundos, minutos, horas, que depende con la persona en la que te los gastes se convierten en días o en décimas de segundo; en momentos para congelar; en frases que no deseas olvidar y que nunca lo harás.

"Así muero... ¡con un beso!"

Es algo difícil de explicar. ¿No te ha pasado nunca que das todo lo que puedes por una relación y lo que tienes a cambio es una mínima parte de lo que fué? Esperas un cambio, intentas cambiar, pero no lo consigues, nunca es suficiente.
Te planteas si sería mejor olvidar lo vuestro, pasar página y continuar tu vida, a pesar de que sabes que ese largo capítulo no se olvidará. Perdurará como la trágica muerte de Romeo y Julieta.