¿Qué es la existencia? ¿Por y para qué existimos? ¿Tenemos un fin determinado que no sea la muerte?... ¡Cuántas preguntas filosóficas me vienen a la cabeza al hablar de este tema. Sin embargo, es inevitable que al menos una vez en nuestra vida nos las hayamos preguntado (aunque sea con el profesor de filosofía delante explicándonos cómo los filósofos respondían sus dudas).
"¡Cuánta palabrería!"-dirán algunos- "La vida está para vivirla". Ya... Tiene razón, sí.
No estamos aquí para llevar una vida de desgraciados y, ni mucho menos, para permitir que nos la hagan pasar de ese modo pero, ¿cómo sabemos que no tenemos una vida de desgraciados cuando dentro del mismo ser humano está el don de la inconformidad?
¿Cómo podemos encontrar aquello que nos da sentido a la vida? Pienso que ese sentido reside en aquellos que nos dan la vida.
No me tomes por loca. "Aquellos que nos dan la vida". No sólo nuestros padres. Con una sonrisa suya me da la vida; con un abrazo o un "¡ánimo!" a tiempo me dan la vida; con recuerdos me dan la vida; con letras me dan la vida; con música me dan la vida...
Bajo mi punto de vista, la existencia se encuentra unida con "los que nos dan la vida".
"Vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a las cuestiones que la existencia nos plantea, cuplir con las obligaciones que la vida nos asigna a cada uno en cada instante en particular.
[...] "Vida" no significa algo vago o indeterminado, sino algo real y concreto, que conforma el destino de cada hombre, un destino distinto y único en cada caso singular." (El hombre en busca del sentido, Viktor Frankl)
¿Y tú, qué piensas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario